La Muerte para los Tepehuanos Noche de muertos 13 abril, 2023
La Muerte para los Tepehuanos

Al morir, las personas son sepultadas en el panteón de su localidad. Antiguamente se les enterraba en los atrios de las iglesias de las cabeceras comunitarias, y en lugares como San Francisco de Ocotán aún hoy se depositan ahí los cuerpos de los menores de cinco años.

En los funerales participan muchas personas, no necesariamente familiares del difunto, pues en algunas comunidades las autoridades están obligadas a proporcionar hombres para cavar la fosa.

Durante el entierro, los deudos colocaron algunas flores, una botella con agua, un poco de pinole y velas como ofrendas para el difunto. Algunas personas dicen que los deudos no deben llorar al muerto, pues no sólo impiden su descanso, sino que también corren el riesgo de acompañarlo en su viaje.

Después de un año y cinco días de un deceso se realiza la ceremonia, que en español se conoce como “corrida del alma”. En ella participan todos los familiares del difunto e incluso se invita a algunos amigos. Durante esta ceremonia el muerto se manifiesta por última vez mediante las palabras de un chamán o curandero, llamado ma’agum, que dirige la ceremonia y expresa los últimos deseos del difunto, tal como la herencia de ciertos objetos u obligaciones.

Al final, el chamán conduce al muerto por un camino por el cual nunca deberá regresar. Se dice que este chamán es el “abogado” del difunto, pues él debe interceder ante “el Dios” para que el muerto descanse.

Se tiene la creencia de que las personas tienen dos almas, una que está en el interior y otra en el exterior del cuerpo. “Al morir, una de ellas va al poniente a un lugar llamado Itchamet, ahí por Acaponeta”, en Nayarit. En el camino, primero llega a un lugar en donde hay perros que ayudan al alma a cruzar un río.

Su ayuda depende del trato que el difunto dio en vida a los perros, pues si fue muy malo ahí mismo lo pueden ahogar e impedir que llegue a su destino. Después de cruzar el río hay unas piedras que señalan la entrada a Itchamet. Como el acceso es muy angosto se batalla mucho para entrar. Si se traen muchos pecados, el alma puede atorarse y sufrir mucho. Cuando van a correr al alma, el abogado (el chamán) la llama desde Itchamet. Si el curandero es buen abogado, el alma se podrá ir con “el Dios” a Hitch Dyam.

Fuentes: Reyes Valdéz, J.A. (2006) Tepehuanes del Sur. México, Ciudad de México: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

Imagen tomada de: https://noro.mx/muerte-impune-perspectivas-y-desafios-en-mexico-el-libro-sobre-los-tepehuanes-del-noroeste/